domingo, 29 de junio de 2008

Un poema

DESDE LAS NUEVE
Doce y media. Rápido pasó la hora
desde las nueve cuando encendí la lámpara
y me senté aquí. Estaba sin leer,
y sin hablar. Con quién hablar
enteramente solo en esta casa.
La imagen de mi cuerpo joven,
desde las nueve cuando encendí la lámpara,
vino y me encontró y me recordó
cerradas piezas perfumadas,
y pasado placer -¡qué atrevido placer!
Y también me trajo ante los ojos,
calles que ahora se volvieron inconocibles,
locales llenos de movimiento que se acabaron,
y teatros y cafés que alguna vez existieron.
La imagen de mi cuerpo joven
vino y me trajo también las cosas tristes:
duelos de la familia, separaciones,
sentimientos de los míos, sentimientos
tan poco apreciados de los muertos.
Doce y media. Cómo ha pasado la hora.
Doce y media. Cómo han pasado los años.

K.K.

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